El cerro del Ziruma es uno de los lugares insignias de Santa Marta; la carretera que existe alrededor de este permite la conexión entre El Rodadero y el resto de la ciudad. Debido a las características de este espacio, es frecuentemente utilizado para hacer deportes como trotar y caminar. Sin embargo, los deportistas estaban exponiendo su vida al realizar estas actividades, ya que no había ningún espacio destinado especialmente para la actividad deportiva y recreativa. El sendero peatonal de Ziruma, es ahora un parque lineal de 3,8 kilómetros diseñado por el arquitecto Alejandro Arizmendi y su empresa de diseño arquitectónico y urbanismo, Celeste & Piedra (antes Lattitude S.A.S.*). Un diseño que nace de la necesidad de salvaguardar la vida de deportistas y transeúntes que diariamente utilizan esa vía para desplazarse, hacer deporte o simplemente disfrutar de la impactante vista a la bahía de la ciudad.
El diseño creado por Celeste & Piedra, es sencillo y amable con su entorno, por lo que se pensó como una estructura sólida y adecuada para no interferir con la vía. Consta de quince estaciones con circuitos activos, juegos biosaludables y puentes miradores con vista hacia los paisajes y algunos puntos turísticos de Santa Marta. Una de las características que más resalta en el diseño son los parámetros inteligentes aplicados al piso de esta estructura, los usuarios tendrán la percepción directa de cuanto han avanzado en su recorrido por el parque lineal y que tan cerca están de alguna de las estaciones. Este tipo de señalización permite generar una interrelación entre el objeto y el sujeto funcionando a su vez como una herramienta de mejora en el rendimiento del beneficiario. De esta manera, la administración distrital brinda seguridad y genera espacios para el deporte y el entretenimiento. Además, busca incentivar a los samarios a llevar una vida saludable haciendo uso del sendero, que también le ha dado una nueva cara al emblemático cerro que ahora también es seguro para los turistas que pueden estacionar y apreciar la vista a la ciudad.
Impacto ambiental: El desarrollo de este proyecto se realizó bajo cuidadosos estándares de preservación ambiental permitiendo que el cerro que bordea el sendero se mantuviera intacto debido a que no se realizaron excavaciones profundas ni talas de árboles. Utilizar en los diseños materiales prefabricados y estructuras suficientemente resistentes a la intemperie y a su uso, condujo a la no afectación del tejido ambiental de la zona y la integración de las especies existentes al sendero.
Seguridad y Mantenimiento: Antes de la construcción del Sendero Peatonal del Ziruma, deportistas y transeúntes corrían altos riesgos de accidentalidad, ya que desarrollaban sus actividades físicas sobre la carretera. Carecían de un espacio destinado para el deporte y por la falta de iluminación, accidentes a peatones y el robo de sus objetos personales estaban a la orden del día. Un espacio seguro, que no interfiere con el fluido vehicular y que cuenta con amparo policial en las horas de mayor afluencia son algunos de los notorios cambios que han sido posibles desde que el sendero entró en funcionamiento. Así mismo, materiales de alta durabilidad como pvc, acero galvanizado y estructuras prefabricadas, aportan seguridad y disminuyen el riesgo de accidentes por el deterioro de la estructura.
Beneficios a la comunidad: Fortalecer la rutina de miles de samarios que se ejercitan a diario en este sector e incentivar que otras personas se motiven a practicar actividad física y así mismo no comprometer el carril para vehículos, son algunos de los beneficios de este proyecto. Esta intervención logró conceptualizar varios objetivos y dinamizó practicas culturales, sociales y deportivas, convirtiéndose sin duda, en uno de los proyectos más emblemáticos de la ciudad en los últimos 20 años a través de la generación de valor cultural y deportivo tanto para los samarios como para los constantes visitantes que tiene Santa Marta.
Autor(es): Alejandro Arizmendi