Esta casa de 570 m2, ubicada en la parcelación la Siria del municipio de Titiribí, a 50 km al suroeste de la ciudad de Medellín; se asienta en la parte superior de una montaña y goza de una visual privilegiada de la cordillera central, en la que destacan los cerros Sillón y Tusa como principales protagonistas.
La ubicación de la casa se determina por el aprovechamiento de las visuales, totalmente volcadas a la cadena montañosa, haciendo que los volúmenes se emplacen de manera sesgada sobre la explanada existente y se giren levemente uno con respecto al otro para aprovechar aún más la visual.
El acceso al lote y a la casa se realiza por la parte posterior, que se cierra bastante generando una especie de patio o recinto de llegada que busca hacer un preámbulo a las visuales.
Interiormente la casa se articula a partir de un hall de acceso ajardinado, del cual se desprenden dos volúmenes claramente diferenciados: uno para las actividades sociales que alberga la cocina, comedor, salón, taller de arte y detrás de este volumen, las áreas de servicio y los garajes; el otro volumen aloja las cuatro habitaciones, cada una con su baño y vestier.
Al frente del área social se encuentra la piscina sin fin, con una terraza y un corredor en L que se hace profundo para proteger del sol y a su vez relaciona las áreas sociales de la casa, disolviendo el límite entre interior y exterior.
Todos los espacios tienen vista hacia el cerro Tusa. Se buscó una conexión directa con el paisaje lejano por medio de grandes ventanales que se abren de pared a pared y de piso a techo, y se amplifican gracias a la inclinación de las cubiertas. Además, se incorporó la naturaleza al interior por medio de jardines que acompañan los corredores y los baños.
La casa está hecha en concreto a la vista, perfilería de aluminio negra, cielos falsos en tablilla laminada, pisos en porcelanato y quiebra soles metálicos para el corredor y de madera para los baños.
Autor(es): María Cristina Vélez Ortiz