El reconocimiento de Pereira como una ciudad en estrecha relación con su geografía, ha determinado los aspectos compositivos de un edificio que es singular por su complejidad programática, los altos estándares de seguridad, su eficiencia y la comodidad con la que se desarrollan las actividades propias de una terminal aérea.

Es así que para el desarrollo proyectual del aeropuerto Matecaña, se tuvo presente la sinuosidad de las montañas, el contraste de los valles y pequeñas colinas que se matizan con una amplia gama de colores. Estos valores geográficos se acentúan por medio de un volumen que deja ver las montañas y se asienta sobre un terraplén a manera de un pódium. Desde allí, la ciudad se percibe diferente, por el cambio de colores del atardecer y las fuertes lluvias repentinas que caracterizan a la ciudad de Pereira.

El nuevo Aeropuerto Matecaña también es una síntesis de lo anterior, en tanto que se reconoce la potencia de estar bajo una cubierta ondulada que configura una serie de salas de espera orientadas hacia la pista. Ver llegar y partir es la escena a valorar dentro del edificio. Las salas y pasillos son los espacios más representativos y simbólicos.

Cada espacio hace presencia en el otro, siendo el vestíbulo de la planta de primer piso el lugar colectivo que controla el ingreso a las plantas superiores, disponiéndose cerca de la fachada principal las escaleras mecánicas que tienen dominio sobre la totalidad del espacio y se configura como una pasarela para ver y ser visto.

Por otra parte, este vestíbulo aumenta la proyección visual sobre la planta intermedia, donde se encuentran las otras salas de espera. Con esta misma intención se dispone en la planta del segundo piso una serie de estancias alternadas por vacíos que privilegian el encuentro de manera constante aumentando la relación hacia el exterior.

Igualmente se busco el mejor aprovechamiento de las visuales, razón por la cual las fachadas acristaladas hacen ver la cubierta suspendida en el espacio. De allí que la sensación de amplitud y continuidad entre el exterior y el interior sea una constante.

El aeropuerto se construye a partir del conjunto de circunstancias que caracterizan el sitio. Entre ellas, la condición fronteriza del emplazamiento, la presencia directa del cerro tutelar Alto del Nudo, y la proximidad física con la ciudad. Elementos que revelan la sustancia del lugar llevándonos a plantear una intervención donde el espacio abierto es el tema central, representado por una cubierta ondulada que deja filtrar la luz.

Al mismo tiempo la propuesta de intervención obedece a la proyección de la terminal a clave 4C. Para cumplir con las exigencias de esta categoría se hace necesario llevar a cabo una serie de adecuaciones a su infraestructura que permita responder a las proyecciones de demanda de pasajeros y al cumplimiento de las normas internacionales, y lograr que no se tengan restricciones en su operación, o en el evento que ocurran sean mínimas, lo que garantizará mantener su condición de Aeropuerto Internacional y continuar con su liderazgo regional.

Este mejoramiento corresponde a los requerimientos para la reclasificación según el RAC 14 a la aeronave de mayor tamaño que opere en el aeropuerto para vuelos internacionales, con aviones Airbus A318, Airbus A319, Airbus A320, Airbus A321, Boeing 737. Para el cumplimiento del requerimiento en clave 4C de la terminal fue necesario correr el paramento a una distancia de 206.90 m del eje de la pista lo que representó una afectación de casi el 70% de la terminal existente, que obligo su demolición.

Técnicamente, la intervención es una respuesta atenta a las determinantes actuales de sostenibilidad con la implementación de energías alternativas como 1500m2 de paneles solares en cubierta, tanques de ahorro de agua y estrategias bioclimáticas.

Desde su misma concepción por iniciativa cívica el Aeropuerto Internacional Matecaña está arraigado en la ciudadanía y su modernización no podía desconocer este hecho por tanto desde su imagen externa como su diseño interior, incluso con la señalética se busca dar un reconocimiento del paisaje y su entorno.

Autor(es):

Juan Carlos Deleon Naranjo
Carlos Mauricio Giraldo Quintero