El proyecto surge como parte de la intervención integral urbana del Transmicable, ejecutada por la Alcaldía Mayor de Bogotá. En esta intervención se aprovechan algunos de los predios adquiridos por el sistema de transporte público aéreo, que quedan remanentes una vez se construyen las estaciones y pilonas de soporte del sistema, para ofrecer a la comunidad una variedad de edificios de carácter público y comunitario. El SuperCADE se ubica a los pies de la estación Manitas, en uno de los predios más grandes que quedan disponibles de esta operación. Se establece allí por iniciativa de la comunidad local, donde se define que la localidad requiere un SuperCADE para una mayor facilidad de acceso a los servicios que presta el distrito. El diseño parte de una convocatoria liderada por de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), en la cual se presentaron más de 70 anteproyectos arquitectónicos para el edificio. El diseño escogido entiende el edificio como un conector urbano que funciona en múltiples escalas: como edificio institucional y como lugar de encuentro a escala local. Esta multiplicidad de roles define su forma física, exigiendo la creación de una nueva tipología híbrida que integra el edificio y el espacio público.

La estrategia de diseño del SuperCADE Manitas parte de la topografía del lugar. El programa arquitectónico interior se distribuye de manera aterrazada respondiendo y replicando esta topografía. Sus cubiertas conforman una red de espacios públicos unidos a partir de escaleras que sirven como conexión y espacios de estar.

Sobre estas plataformas aparece el volumen que alberga el espacio principal del SuperCADE, con el cual el edificio consolida su presencia institucional: Una caja abstracta cuyo juego de texturas en fachada levita sobre la topografía artificialmente generada. La cubierta principal del edificio genera un espacio público adicional, que aparece ante el ciudadano justo al salir de la estación del Transmicable, el cual se integra a la red de espacios públicos ya creada sobre las plataformas.

La cubierta principal se ofrece como un mirador ininterrumpido, una terraza polifuncional preparada estructuralmente para recibir aglomeraciones y que puede ser adaptada al uso que la comunidad escoja. El acceso principal al edificio se ubica un nivel más abajo de la estación, junto a una escalinata / plaza pública con posibilidad de albergar exposiciones, eventos y mercados itinerantes, entre otros. Desde este nivel el ciudadano accede al interior del edificio, un espacio de triple altura, amplio, iluminado, que consolida el carácter institucional de la construcción. Ventilado e iluminado naturalmente, su diseño permite optimizar el uso de recursos naturales, generando un espacio confortable, minimizando a la vez sus costos de funcionamiento.

El espacio público exterior se sigue desdoblando y cambiando su escala en la medida en que el peatón desciende, llegando finalmente a una plaza de carácter local ubicada frente al primer nivel del edificio, donde se ubica la Casa de la Comunidad, un espacio interior flexible que hoy en día se ha convertido en el corazón de la manzana del cuidado de la localidad.

La triple altura del espacio interior permite leerlo de manera unitaria e ininterrumpida, haciendo más fácil su entendimiento y navegación. Con el mismo fin, las funciones albergadas en el edificio se segregan por niveles (acceso-espera-atención) generando claridad en su funcionamiento.

Los tres niveles ofrecen plantas completamente libres. Los módulos de información, asignación de turnos y atención al ciudadano se plantean como piezas de mobiliario para ofrecer el máximo de flexibilidad y facilidad de adaptación en el tiempo. Los módulos de atención facilitan una relación más cercana entre el funcionario y su interlocutor a partir de la disposición geométrica de sus piezas. Eliminando la interferencia de la mesa y el computador y potenciando una relación de tipo lateral (a 120o) se crea un ambiente de carácter más informal y se potencia la construcción de cercanía y confianza. La distribución de los módulos se hace de carácter orgánico por adición generando un sinfín de posibilidades de organización. El módulo incorpora también elementos de señalización a partir del uso de iluminación y color facilitando la orientación en el espacio.

Autor(es):

Arquitectura en Estudio (aRE)
Camilo Garavito
Carlos Nuñez
Natalia Heredia