La UIS, ejemplo del urbanismo y la arquitectura moderna en Colombia: edificio de Administración 1 El edificio donde se encuentran tanto la rectoría como las oficinas de planeación de la universidad, es decir, el cerebro desde donde se piensa y se dirige la institución, está localizado sobre el eje principal de acceso peatonal, que da continuidad a la carrera 27 de la ciudad. El plan general de la universidad, diseñado entre 1946 y 1947 por Jorge Gaitán Cortes (Herrera, Gaitán & Nieto Cano Ltda. en asocio con Alvaro Ortega & Solano) no es exactamente el que con el tiempo se terminó configurando, aunque el concepto urbanístico general de implantación de las edificaciones dentro de un generoso campus verde con una distribución no simétrica si se mantuvo. Según el arquitecto Maarten Goossens 1 , la propuesta de Gaitán fue un claro ejemplo de cómo se fueron dando los primeros pasos del urbanismo moderno en Colombia; Gaitán Cortés hacía parte de la primera generación de arquitectos egresados de la Universidad Nacional y fue contratado en 1945 por la Gobernación de Santander para llevar a cabo el proyecto impulsado por Mario Galán Gómez a través de la Asamblea de Santander 2.
Pensada como un instituto tecnológico 3, que funcionaría en coordinación con el Colegio Santander y el Instituto Industrial Dámaso Zapata, la universidad se diseñó bajo el concepto de “departamentos” distribuido el plan general en seis zonas. El edificio administrativo, que reunía tanto lo administrativo como el bienestar universitario, denominado hoy edificio de Administración 1, fue diseñado en 1959 por el arquitecto Mario Pilonieta González, egresado en 1958 también de la Universidad Nacional. El edificio fue pionero en el uso de nuevos materiales y técnicas constructivas, como la estructura aporticada, la ventana corrida y las grandes luces de los espacios, lo que sumando a la sencillez y a su vez al rigor geométrico, resalta su exquisito diseño. Dos volúmenes que se intersecan limpiamente, orientados el uno en el eje oriente occidente y el otro con sentido norte sur acogían las oficinas administrativas de la época: rectoría, planeación, dibujo, consejería, capellán; todas estas dependencias se organizaban dentro del volumen alineado en el sentido oriente occidente en tres pisos de altura; la biblioteca, el casino, la cooperativa, la cafetería y un aula de conferencias se encontraban en el volumen más bajo que era horadado además por pequeños patios internos para garantizar iluminación y ventilación en todos sus espacios. Con el tiempo, el edificio fue sufriendo alteraciones y adecuaciones que lo fueron transformando y evidenciando un riesgo de pérdida en su claridad y calidad formal original.
En 2016 se formuló el Plan Especial de Manejo y Protección PEMP del campus central de la universidad que permitió iniciar un proceso de recuperación y preservación de la planta física general que tuviera valor patrimonial. El edificio de Administración 1 fue clasificado como nivel de intervención 1 dados sus valores arquitectónicos, estéticos e históricos: su composición responde a un estricto rigor geométrico en su concepción, proveniente del cubismo, destacándose la estructura retranqueada con respecto al plano de fachada, que permite el trabajo de planos retrocedidos en primer piso, cajas suspendidas, transparencia angular y la tensión hacia el acceso principal con un plano en voladizo, plantas y secciones ortogonales, y espacios interiores de gran luminosidad; en las fachadas se destacan los cortasoles o brise soleil prefabricados en concreto, dispuestos por módulos que denotan riqueza expresiva en el uso de los materiales, conjugados con la sombra que generan. Así mismo, las cubiertas planas acentúan el efecto de limpieza geométrica, la pérgola en forma de placa plana de concreto marca el acceso principal y enfatiza los espacios exteriores tratados a nivel de piso para circular.
En 2018 el Arquitecto presentó una propuesta que buscó recuperar al máximo posible las condiciones originales del edificio mediante acciones de liberación principalmente, que permitieran a la edificación volver a respirar limpiamente de nuevo. El proceso conllevó un análisis minucioso tanto de la edificación, como de material de archivo fotográfico y planimétrico de la UIS que permitiera identificar las diferentes etapas y condiciones de transformación sufridas por el edificio. La preservación de las condiciones originales de modulación, composición, proporciones, geometría, materialidad y manejo climático se conjugaron cuidadosamente con las necesidades funcionales actuales lo que permitió liberar todas las adiciones contraproducentes, recuperar la claridad formal de la composición original y mantener la importancia y jerarquía de la edificación dentro del campus. Hoy es un claro y bello ejemplo que preserva el espíritu de diseño original de la modernidad, que se abría paso en un proyecto educativo de importancia para la región y el país. La música que se cuela a veces desde las aulas de ensayo de los espacios anexos al auditorio Luis A Calvo, o desde la pequeña sala Zalamea, lo envuelve sutilmente junto con el sotobosque que lo articula de manera viva y colorida con el resto del campus dentro del nuevo ambiente que rescata la escala peatonal en la Universidad y genera un conjunto urbano que articula e integra armónicamente las edificaciones de diferentes épocas que lo conforman.
1 GOOSSENS, M. Jorge Gaitán Cortés y la introducción del urbanismo moderno en Colombia. Dearq. 2014, nro. 14.
2 DAVILA, J. Planificación y política en Bogotá. La vida de Jorge Gaitán Cortés. Alcaldía Mayor de Bogotá, 2000.
3 PROA. La Universidad Industrial de Santander. 1949, vol. 19.
Autor(es): Helmer Fabián Camargo Rincón