El desarrollo del Proyecto San Marino II establece unas características diferenciales en torno al incremento de indicadores de calidad de vida si se revisa comparativamente a la luz de lo que comúnmente se entrega en un proyecto de vivienda social. Localizado en Carepa con Uniban Fundación como promotor, el proyecto se configura con 102 viviendas en un lote de 13.128.40 m2. Siguiendo los principios del modelo Hábitat Comfama: bajo dos ámbitos fundamentales: el urbanismo y la unidad de vivienda particular. Ambos componentes tienen cuatro ejes estructurantes: ambiental, físico espacial, socio cultural y la sostenibilidad, que en síntesis crean el concepto de hábitat de calidad con cantidad.
En el eje ambiental se reconocen y se potencian los recursos naturales proponiendo la naturalización de los espacios intervenidos (clima, topografía y orientación con relación al sol), con parques bolsillo entre viviendas donde se plantea la siembra de nuevas especies nativas que contribuyan a la generación de sombra y confort tanto al exterior como al interior de éstas. 180 árboles nativos y 492 m2 de jardín acompañan los parques. Estas intervenciones invitan a la vida en comunidad y contribuyen al aprovechamiento y disfrute del espacio público, así mismo, se promueve un mayor equilibrio entre el entorno construido y el natural.
En el eje físico_espacial se trabaja principalmente mediante el confort y la flexibilidad en la vivienda, donde los espacios entregados son mayores a los entregados por el mercado, contribuyendo al disfrute y la apropiación de los beneficiarios. Se desarrolla un sistema de viviendas unifamiliares de dos niveles en mampostería estructural de 53.84m2 y 54.24m2, cada una de ellas con porche, salón comedor y patio en el primer nivel y baño y dos habitaciones en el segundo nivel. Además de un sistema de techos altos que contribuyen al confort térmico al interior de la vivienda. Otro aspecto fundamental es que estas viviendas comparten sólo una medianería lateral, lo que permite la triple fachada facilitando la ventilación cruzada, esto con el fin de tener una mayor eficiencia energética alrededor de la vivienda y una mejor calidad de aire, además de contribuir al aumento del confort y la apropiación de la unidad. Igualmente se plantea la posibilidad de crecimiento futuro tanto en primero como en el segundo nivel, ocupando una porción del patio, con buenas condiciones de habitabilidad para acogen varios tipos de grupos familiares y posibilidades de adecuar las viviendas de acuerdo con las necesidades particulares.
Así mismo, se aprovechan los corredores de acceso a las viviendas como un elemento más de relacionamiento público a una escala más vecinal, se trata de una serie de porches más bancas que permiten la permeabilidad entre el interior y el exterior mediante un espacio de transición que permite la estancia y compartir con los vecinos, complementando el espacio público con la creación de paseos urbanos, senderos internos zonas deportivas y recreativas, como complemento a los parques bolsillo que evitan la concentración poblacional, favoreciendo la distribución de esta en varios espacios a la vez, en beneficio de la percepción de densidad poblacional.
En el eje socio cultural se reconocen y se potencian las formas de habitar particulares de cada región, donde se resalta la posibilidad del crecimiento a futuro de la vivienda adaptable a diversos grupos sociales. Igualmente se promueven escenarios de participación y apropiación de las comunidades que habitarán el barrio.
Finalmente, en el eje de la sostenibilidad, en términos de economías locales que dinamicen el nuevo barrio se proponen dos locales comerciales, basándonos en el principio de primeros pisos activos que se relacionan directamente con la vía principal, favoreciendo una dinámica comercial que diversifique el entorno en función de una sana mezcla de usos.
Autor(es): Taller de diseño Hábitat COMFAMA
Fotografías: Confama