El barrio Prado del Municipio de Medellín es un referente único del patrimonio cultural de la ciudad. Fundado en la década de 1920 por la élite económica antioqueña, inspirado en el modelo de ciudad jardín y con estilos de vivienda influenciados por tendencias arquitectónicas europeas y norteamericanas de la época, el barrio cuenta con 261 inmuebles declarados como Bienes de Interés Cultural (BIC) de carácter Municipal.
Sin embargo, desde la década de 1970, diversas dinámicas en el desarrollo urbano del sector, llevaron a que se diera un proceso de cambio y deterioro en sus cualidades arquitectónicas y urbanísticas tradicionales, por lo cual, en 2007, fue declarado como barrio de conservación patrimonial. Así mismo, posteriores ejercicios de planificación han establecido un sólido marco normativo en torno al desarrollo del sector. En el actual Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Medellín (Acuerdo 048 de 2014), se establecieron diferentes intervenciones en torno al río Medellín. El barrio Prado hace parte del área de intervención contemplada en el Macroproyecto “Río Centro” (Decreto 2053 de 2015) en la subzona “Centro Tradicional”. Esta, tiene como instrumento de planificación complementario un Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) aprobado en el año 2015, el cual establece acciones dirigidas a garantizar la protección, conservación y sostenibilidad del patrimonio cultural.
En el 2017, con el fin de complementar los ejercicios de ordenamiento territorial, y de hacerle frente a su proceso de deterioro físico, espacial y social, la Agencia para la Gestión del Paisaje, el Patrimonio y las Alianzas Público-Privadas (Agencia APP) formuló el Plan Integral de Gestión de Prado (PIGP), concibiéndolo como una estrategia holística que contempla un conjunto de estrategias en el corto, mediano y largo plazo, a partir de proyectos de alto impacto en diferentes ámbitos de la estructura y de la vida del barrio, y con la participación de actores públicos, privados, la academia y de sus residentes.

El PIGP establece cuatro líneas estratégicas de trabajo (urbana, arquitectónica, ambiental y social) que apuntan a la puesta en valor de su patrimonio cultural y la conservación de su vocación residencial, a la vez que busca promover el desarrollo de nuevas actividades económicas vinculadas a las industrias creativas y culturales como una forma de revitalizar y generar nuevas alternativas de sostenibilidad económica en el barrio. Este plan en el 2021 fue seleccionado como finalista en la categoría de “Desarrollo Urbano Sostenible y Movilidad” en los Latam Smart City Awards y, desde su formulación hasta la fecha, ha sido objeto de actualizaciones considerando la reciente pandemia y sus efectos, así como nuevas oportunidades de trabajo identificadas en el barrio. En la línea de trabajo Urbana, el PIGP ha abordado la cualificación del espacio público del barrio empezando por su columna vertebral; la Carrera Palacé. Allí, se intervinieron 11.800 m2 de espacio público y mediante iluminación arquitectónica, se resaltaron 28 BICs, con el fin de aportar a su puesta en valor y a la dinamización de la vida nocturna.

Otra de las intervenciones en esta línea de trabajo, fue la construcción del Parque de Prado, el cual, incorporando criterios de economía circular, comprende un área de 4.292 m2 que aportaron 2.939 m2 de nuevas zonas verdes para el barrio y la ciudad. También, entre las estrategias urbanas para la cualificación del espacio público, se incluyó la implementación de una galería de arte urbano, de la cuál participaron más de 100 artistas del sector y de la ciudad que intervinieron 3350 m2 de muros y medianeros. Así mismo, se ha planteado la intervención integral de otros espacios públicos como el Parque Olano, al igual que ejes estructurantes de su conectividad como la carrera Bolívar, y las calles Jorge Robledo y Balboa. Además, se considera la implementación de ocho supermanzanas, retomando la estrategia desarrollada por la ciudad de Barcelona con el fin de reestructurar la movilidad del barrio dando mayor prevalencia a la movilidad activa y sostenible y aportando a una mejor y mayor dotación de espacios públicos para el sector. También, el plan incorpora la implementación de instrumentos de financiación del POT para la conservación y sostenibilidad económica de los BIC del barrio, como una forma de contrarrestar dinámicas de gentrificación. Actualmente se dispone de 5200 millones de pesos para compensar a los propietarios de BICs del barrio a través del instrumento de Transferencia de derechos de construcción. Se estima una reducción de hasta 700 millones de pesos al año en el costo de servicios públicos para BICs, mediante el instrumento de Asimilación de estratificación. Adicionalmente, se aprobaron beneficios tributarios en impuesto predial, delineación urbana e industria y comercio, y se encuentra en reglamentación el instrumento de Áreas de revitalización económica. En la línea de trabajo Arquitectónica, el PIGP ha cualificado alrededor de 23.165 m2 de fachadas en 179 predios. Igualmente, hacen parte de esta línea de trabajo estrategias que buscan recuperar y dar nuevos usos a diferentes BICs del barrio. Uno de ellos, que además es un bien fiscal, en el mediano plazo, se convertirá en un mercado gastronómico en alianza con un inversionista privado. También, se busca que algunas de estas edificaciones se usen como equipamientos complementarios que fortalezcan la presencia institucional en el sector.

En el ámbito ambiental del PIGP, se han sembrado y mejorado antejardines a lo largo de Palacé que han incorporado 34 nuevas especies de plantas y árboles, mediante la siembra de 501 nuevos individuos. Esta estrategia ambiental se plantea de manera complementaria a las intervenciones urbanas proyectadas en los corredores de Bolívar, Jorge Robledo y Balboa. También se busca fortalecer esta línea de trabajo con la implementación de huertas urbanas y de proyectos de evaluación, monitoreo y mejoramiento de la calidad de aire y de las condiciones de ruido en el sector. Finalmente, en la línea de trabajo social, se han desarrollado diversas estrategias enfocadas en la puesta en valor del patrimonio cultural del barrio, así como en el fortalecimiento de sus actividades económicas. Se destaca la implementación del Área de Desarrollo Naranja de Prado; instrumento que busca potenciar y afianzar las industrias creativas y culturales del barrio. El desarrollo del PIGP, ha sido acompañado de manera transversal por una estrategia social, de marketing territorial y de gestión interinstitucional, fortaleciendo la ejecución de cada una de las líneas de trabajo. Durante la actual administración municipal, se han invertido alrededor de 14.000 millones de pesos en su ejecución.

Autor(es): 

Cristina Zambrano (Directora 2016-2018)
Rodrigo Foronda Morales (Director 2019-2023)

Daniel Madrigal Arango
Subdirector de Gestión de Paisaje y Patrimonio
Fundación Patrimonio para el Desarrollo