En el mismo sentido en que los órdenes clásicos han transversalizado la historia de la arquitectura como arquetipos de estructuras ideales y armónicas que alcanzaron el estatus de arte terminado, se infiere que Mies van der Rohe propone un orden moderno que posee el espíritu de su tiempo – Zeitgeist. Él reconoce los principios físicos y metafísicos que ordenan las culturas que alcanzan el grado de civilización y que dejaron una serie de cánones arquitectónicos como legado para el mundo. Así, vemos una serie de modelos genéricos en los templos de Hellas, los grandes espacios seculares de la Roma Imperial y las catedrales de la Edad Media; notables desarrollos tecnológicos y culturales que resultan en imágenes de los tiempos en que se construyeron, producto de una construcción humana progresiva y en potencia, que a través de Mies, se colocan al servicio de nuestra civilización derivando en los principios para su manera de operar.
La tarea se ha resuelto penetrando en la biblioteca privada de Mies, evidenciando los temas y fundamentos que descubren las aristas que le permitieron desarrollar su idea proyectual y que resultan como corolarios del valor de sus edificios para la modernidad. El objeto de estudio es la Galería de arte del siglo XX, después llamada Nueva Galería Nacional de Berlín.
El estudio de su tiempo le implica explorar la esfera de la metafísica, desarrollando una teorética fundamentada en la filosofía y la teología. Por ejemplo, Mies hace énfasis en los principios de Orden, la Verdad Intelectual y las nociones de Traductîo et Promotîo Tomistas, en las que reconoce motivos proyectuales que vemos trascender a métodos operativos. La ordenación en Mies también implica entender los métodos del orden matemático, poniendo en práctica las nociones medievales de triangulatura y cuadratura. Estos valores teóricos amalgamados a la conciencia tecnológica en todas sus esferas: la construcción, los materiales, medios de transporte, etc., se ordenan a través de sus manos en una arquitectura de su tiempo.
Todas las etapas culturales que han alcanzado el canon lo han logrado a partir de un proceso de producción orgánico y natural, un logro que se consigue a partir de la destilación en el tiempo. Los grandes maestros aprovechan la sustancia producida por sus predecesores para construir a partir de ella. Lo vemos en las tres grandes arquitecturas donde Mies reconoce valores trascendentales que coloca en operación en su arquitectura.
Mies entiende el carácter del templo griego como una expresión orgánica de un Typos abstracto y repetible, que alcanza una perfección a partir de procedimientos proyectuales que retoma de manera análoga. Se colige que entendió la dimensión de esta arquitectura gracias a las diferentes aristas que penetran en su estudio, a través de tratados enfocados en la arquitectura griega. Por ejemplo, las ideas decantadas en los conceptos de werkform y kunstform de Bötticher, que utiliza como principios proyectuales para definir sus columnas cruciformes; recubriendo el núcleo estructural con un acabado que realza y representa el valor latente de lo revestido, en un metalenguaje que expresa la verdad escondida de la estructura bruta.
Aparece también la referencia a la Roma imperial, la solemnidad de su espacio variable como una derivación del denominado espacio imperial romano de las basílicas y las termas. Resoluciones construidas por el espíritu romano y la tecnología de la bóveda de puzolana, resolviendo espacio habitable para la realidad de las masas de la metrópoli del siglo I.
Por otro lado, el paralelo espíritu del tiempo y arquitectura se revela equivalente en la Edad Media, a partir de las expresiones que amalgaman el símbolo hierático de una cultura escolástica y la resolución constructiva en un nivel ético, económico y tecnológico, que perfecciona el trabajo de piedra de la cultura que le precede (románico), resolviendo con identidad el orden del tiempo medieval. Evidente en las grandes catedrales del ámbito de Île-de-France y el nororiente de Francia, y su variante alemana Hallenkirche, que prefiguran otra idea precursora del espacio variable Miesiano.
La geometría y la modulación son recursos objetivos orientados a solucionar los problemas de la construcción y la planeación por medio de dibujos y diagramas. Cuando el maestro constructor proyecta un edificio, está haciendo una representación previa orientada a facilitar la ejecución, presentando un estado anterior de planeación económica y técnica. Se infiere que a falta de módulos universales y precisos, la geometría resuelve la proyectación de forma más sencilla que la aritmética. El punto de partida es una construcción a partir de la geometría empírica, con soluciones de composición a partir de la triangulatura, ya sea con triángulos equiláteros o a partir de la proporción pitagórica (3,4,5). Con base en este principio geométrico se construye el triángulo rectángulo, el cuadrado y la operación de cuadratura.
Gramática del orden
La disección analítica que resulta del proceso de la búsqueda del orden, penetra ahora en los elementos arquitectónicos, es decir las piezas constructivas que, desde su carácter ontológico resuelven los problemas del hábitat del ser humano, y que están pensadas desde la objetividad, la ética y el arte. La disección a partir de elementos estaba presente en los tratadistas de todos los tiempos. Koolhaas plantea en estos términos que “los tratados arquitectónicos históricos” utilizaban “los elementos como un medio para comprender la arquitectura como un todo armonioso”. La categorización varía de acuerdo al valor preeminente de la “interacción constante de tres vectores convergentes: topos, tipos y tectónica”. Koolhaas reconoce su principio ontológico cuando afirma que “desde la primera domesticación, los elementos siempre han tenido la tarea.
El secreto del cantero
Uno de los principales corolarios derivados de la investigación está en la revelación de la cuadratura y la triangulatura – ad quadratum y ad triangulum – y el uso del diagrama de armonía geométrica como uno de los principios invariables actúan como fundamento proyectual en la definición compositiva en Mies. Se logra deducir además que este principio geométrico es transversal a las civilizaciones canónicas que le sirvieron de referente. Vemos resuelta como novedad en esta investigación la composición del Partenón a partir de una disposición del rectángulo armónico en planta y alzado, generando una estructura de orden de los trazados de los elementos bajo esta premisa proyectual. Ya veíamos que en un examen similar a los cánones romanos y medievales se advierte la misma resolución compositiva que define ejes y trazados que ordenan los edificios.
Como se advierte este sistema proyectual se mantuvo oculto para el mundo, incluso Vitruvio solo se refiere a este método cuando diferencia los teatros romanos y griegos. La teorética de la arquitectura moderna a través de Viollet-le-Duc y Berlage revelan estas operaciones a través de sus investigaciones de las normas compositivas de la catedral Medieval. Encontraron que la obtención de Symetria y Eurythmia se resolvía a través de la cuadratura y la triangulatura, la cual se mantuvo como un secreto de la construcción Medieval resguardado por los Atelier de cathédrale franceses o los Bauhütten alemanes, además podemos ver que el análisis empírico de superposición de Diagramas de Armonía está presente en otras culturas y tiempos. Por ejemplo, en la Catedral de Aquisgrán que recordemos define un modelo ideal para Mies.
Autor(es): Juan Fernando Valencia Granda