El Edificio Sílice es una pequeña estructura mixta que alberga tanto viviendas (apartaestudios de 40 m²) como espacios de oficina en la planta baja hacia la calle. Se compone de dos volúmenes diferenciados: uno preexistente de dos pisos en la sección posterior y otro nuevo de tres pisos en la parte frontal que interactúa directamente con el entorno urbano, integrados por un puente/escalera en el patio central.

Durante la fase de diseño del proyecto, se priorizaron varios elementos fundamentales: el bienestar térmico, la iluminación natural atenuada, las vistas panorámicas y la conexión con el entorno natural y construido, así como la calidad espacial ligada a la austeridad de materiales a la vista.

En términos de confort climático, se abordaron múltiples estrategias. En primer lugar, se empleó un material de alta inercia térmica para retardar la transferencia de calor hacia el interior, proporcionando ambientes más estables. Además, se implementó un sistema de ventilación cruzada desde el patio interior hacia la fachada frontal para asegurar un flujo continuo de aire fresco. La orientación del lote también fue aprovechada sabiamente para proteger la envolvente de la exposición solar más intensa. Asimismo, se ubicaron balcones en la fachada sur, actuando como espacios intermedios que no solo ofrecen vistas al paisaje, sino que también resguardan los espacios habitables de las altas temperaturas características de la región.

Las vistas panorámicas y la interacción con el medio circundante se consideraron primordiales en el diseño arquitectónico. La escalera abierta y la terraza común del edificio permiten un contacto permanente con la ciudad y la geografía local. Los balcones, estancias expuestas al clima exterior, capturan la abundancia vegetal de un par de almendros próximos para ofrecer un espacio biofílico a las unidades habitacionales y una dimensión estética y paisajística desde la perspectiva externa, enriqueciendo el vecindario.

En cuanto a la calidad espacial, se persiguió la simplicidad, prestando especial atención a la elección de materiales: muros en bloques de cemento como sistema estructural, madera, pisos de concreto y losas con sistema placa fácil a la vista, únicamente tratados con pintura. Estos materiales desempeñan un papel central, abogando por la autenticidad en la arquitectura. Además, se concibieron los espacios con una experiencia interna en mente, diseñando techos altos que brindan sensación de amplitud y frescura, junto con balcones concebidos para ser verdaderos espacios habitables, convirtiendo, en esencia, estos espacios intermedios en extensiones completas de los propios apartamentos.

Autor(es):

Arq. Jorge Alberto Dávila Gómez
Profesor Universidad del Valle
Arq. Natalia Toro García

Fotografías: Pensamos  arquitectura urbano