CONCEPTO

El término cultura proviene del latín cultos y colere, acciones de cultivar (habitar) y cuidar (proteger).

ORIGEN

En la vereda El Cajón, en el municipio de Cajamarca, Tolima, se construyó el colegio público El Cultivo / La Leona para ofrecerle a 450 estudiantes una infraestructura segura, perdurable y de bajo mantenimiento, que acogiera a los alumnos de la sede principal y las sedes educativas dispersas, y que cumpliera el propósito de funcionar en las tardes y fines de semana como centro comunitario, biblioteca pública, y lugar de capacitación para adultos de la región a través de programas con el Sena y Universidades. La infraestructura anterior (1960) fue declarada en riesgo por deslizamientos, pero distaba de ser un espacio que motivara el aprendizaje y el disfrute del entorno natural, como sucede en muchos casos en Colombia.

El proyecto se realizó con el mecanismo “obras por impuestos” que factibiliza alianzas entre el sector público y privado, con el objetivo de transformar la educación rural de manera positiva en Colombia. Crepes & Waffles se convirtió en la primera empresa de restaurantes en construir un colegio público con los recursos de sus impuestos, trabajando de consuno con la comunidad, el Ministerio de Educación y los gobiernos locales.

LOCALIZACIÓN

El proyecto se ubicó en un lugar tranquilo y resguardado del Cañón de Anaime. El terreno es una especie de paréntesis entre el río y la montaña que asciende hasta el páramo del Chimi. Los estudiantes llegan por caminos de tierra a pie, a caballo, en moto o en transporte público.

ARQUITECTURA

El proyecto está comprometido con un diálogo entre la arquitectura, el lugar y sus pobladores, que reivindique el privilegio de sus habitantes de ser “montañeros” en el sentido más amplio y bello de la palabra. Para reafirmar desde la arquitectura la importancia de los saberes culturales y los conocimientos ecosistémicos, se retomó el legado de culturas ancestrales que poblaron la gran cordillera. Con un lenguaje que hermana el trazado de antiguas poblaciones andinas con arquitecturas modernas ordenadas y sobrias, se desarrolló el diseño, partiendo del estudio de las tipologías de vivienda campesina, con sus cubiertas a dos aguas, sus cerramientos en madera rolliza y sus estructuras apoyadas sobre piedra de río, para plantear un módulo bioclimático de aula tipo para la región que se repite en su ascenso por la ladera, como los grandes urapanes contiguos al río.

IMPLANTACIÓN

El colegio se implantó suavemente sobre la ladera con una cimentación y una estructura en concreto a la vista, del color de las arenas y gravas del río Anaime. La arquitectura echa raíces y se ancla al terreno con un diseño modular que incorpora dentro de su solución funcional y técnica una rampa cubierta que conecta los distintos espacios, garantizando la accesibilidad de todos los estudiantes, incluidos aquellos con movilidad reducida, a todos los espacios verdes, terrazas de juego y huertas de cultivo más allá de las áreas construidas.

ACCESO Y FUNCIONALIDAD

A través de una plazoleta y de un puente ubicado entre dos urapanes, se llega al hall que conecta tres áreas: las aulas y jardín para la primera infancia (abajo); el edificio central multipropósito con su biblioteca, comedor/auditorio y cocina/taller (centro); y las aulas que ascienden desde primero hasta onceavo entre terrazas y cultivos (arriba).

LA MONTAÑA Y EL RECORRIDO COMO FUENTE DE CONOCIMIENTO

Por generaciones, durante los recorridos por la montaña, los campesinos les han transmitido a sus hijos los conocimientos sobre el monte: sobre el poder curativo de plantas, hongos, lodos, hierbas, la función de los insectos y cómo todo se conecta, para que cada semilla germine y dé su fruto. La arquitectura del colegio gira en torno a un circuito abierto que continúa, se expande y se conecta con la montaña, haciendo del trayecto un elemento central dentro del diseño. El lugar donde los rayos del sol se filtran entre los maderos y sucede la “iluminación” son los corredores. Las circulaciones de este colegio no son simples lugares de paso, sino espacios de reflexión en movimiento. De esta manera, el aula se descentraliza para extender el aprendizaje al cultivo, a la montaña y al recorrido como fuente de conocimiento.

Para completar los estudios desde primero hasta onceavo, los estudiantes deben ascender nivel por nivel. En cada nivel hay tres espacios equivalentes: 1) el aula tradicional de clase; 2) la terraza de convivencia; y 3) la terraza de cultivo donde se aprende a cultivar de la mano de invitados, de maestros en las artes de la agricultura, de familiares, padres, madres, abuelas y abuelos. En la cocina taller se aprende a transformar los alimentos cosechados en platos balanceados y en productos que puedan expandir la economía local hacia nuevos horizontes.

HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS

Sorprendentemente, durante la construcción tuvieron lugar hallazgos arqueológicos inéditos en Colombia, de una población que habitó hace aproximadamente 2900 años y encontró en esta ladera su lugar sagrado. El eje de las estructuras arqueológicas principales coincide exactamente con el eje del diseño arquitectónico, alineado con relación al sol y a la topografía (diseñado dos años antes de los hallazgos). La semejanza morfológica entre el trazado arquitectónico y los hallazgos arqueológicos demuestra coincidencias sobre la lectura del lugar, en el pasado y en el presente, planteando preguntas interesantes para los estudiantes y habitantes del lugar, en un país que debe repensar, recuperar y regenerar sus territorios. Cuidando y Cultivando.

Autor(es):

Planos Vivos SAS
Director Diseño Arquitectónico.
Arq Simón Hosie

Coordinación Arquitectura con Ingenierías.
Arq. Pablo Said Lissa

Fotografías: CL Agencia Rio Johan Beltran, Cultivo Leona Andres Valbuena