Los campus universitarios pueden entenderse como maquetas a escala de ciudades. Aceptando esta analogía, leemos la estructura del campus de la Universidad de Los Andes en Bogotá como un ejemplo urbano que nos remite al modelo anglosajón de la ciudad jardín. De hecho, un grupo de edificios con carácter propio, construidos en diferentes periodos, independientes y rodeados de exuberante vegetación, están conectados por senderos que no establecen una ruta jerárquica. Allí, la naturaleza prevalece sobre la arquitectura, en contraste con la ciudad compacta, que tiene al centro histórico como paradigma.

El barrio de La Candelaria, punto central de la fundación de la ciudad en 1538, aún conserva una parte significativa de su patrimonio colonial, con calles estrechas y bloques compactos. En este contexto, la Universidad de Los Andes goza de una ubicación privilegiada a los pies de las montañas de  Monserrate, en las afueras del distrito. El terreno disponible para los proyectos es un cuadrilátero de 88 x 88 metros, estratégicamente ubicado donde convergen la base de las montañas y la llanura. Conserva un antiguo edificio de principios del siglo XX, que alberga actualmente las oficinas de administración de la universidad.

El proyecto del Barrio Cívico, ganador de un concurso internacional, articula la realidad histórica y la realidad geográfica. El primer gesto fue colocar sobre la parcela una malla que funciona como ‘tablero de juego’ con una serie de sólidos y vacíos, generando un itinerario urbano de calles, pasajes y plazas que lleva la estructura urbana del centro histórico al interior del campus.

El segundo orden urbano se impone en los techos de los edificios propuestos. Allí, la altura de las terrazas existentes se extiende sobre los techos de las nuevas construcciones, conectando la vegetación de la montaña con este nuevo jardín, y generando una nueva densidad urbana en este lugar que se convierte en una plataforma de observación con vistas a la ciudad. El sistema tridimensional de marcos de concreto fue diseñado para abordar el complejo programa requerido. Esta disposición neutral sirve para organizar el contexto vital, acomodando el programa en este patrón geométrico de 8.40 x 8.40 x 4.0 metros, múltiple e isotrópico. Esto se hace con una libertad y adaptabilidad especiales, agregando o eliminando, creando sólidos o vacíos según sea necesario, y dejando espacio para futuros cambios, asegurando que la vitalidad original de los edificios se mantenga a lo largo de los años.


Autor(es):

UNDURRAGA DEVES ARQUITECTOS
KONRAD BRUNNER ARQUITECTOS

 

Fotografías: Sergio Escobar, Edison Henao Carvajal, Isaac Ramírez