Frente al extenso programa de esta casa unifamiliar campestre, se optó por dividir los espacios principales en once volúmenes dispuestos de manera irregular en un lote con una amplia zona plana. La distribución incluye ocho volúmenes de un nivel y tres de dos niveles, adaptados a la topografía del terreno. El acceso principal se realiza a través de un vestíbulo, mientras que hay un acceso secundario desde la cocina. Todos los volúmenes están alineados a lo largo de una circulación que se extiende de este a oeste, con habitaciones y el salón orientados hacia el paisaje lejano al sur, y los espacios de servicio con vista al jardín trasero al norte. Los espacios comunes como vestíbulos, pasillos, jardines y terrazas proporcionan cohesión a la casa y permiten la entrada de luz natural, la creación de jardines interiores y ventilación cruzada.

La disposición irregular en tres dimensiones facilita una mayor permeabilidad, acceso a la luz natural y ventilación, mientras que se contrasta con la elección de tres materiales uniformes para la fachada: paneles metálicos en color grafito, concreto visto gris y enchape de piedra pizarra negra. Cada volumen interiormente está diseñado para recibir luz cenital a través de tragaluces estratégicamente ubicados. La vida en la casa transcurre entre la independencia espacial de cada volumen y las áreas comunes abiertas al paisaje lejano y a jardines con vegetación nativa.

Autor(es): PLAN B: ARQUITECTOS

Federico Mesa
Felipe Mesa

Fotografías: Alejandro  Arango