La remodelación total de este apartamento, incrustado en las montañas bogotanas, demuestra el cómo convivir inteligentemente con el diseño nos cambia la vida. Nos enfrentamos a un espacio con todo el potencial de una nueva vida, al cual la cotidianidad lo había convertido en un lugar aburrido y disfuncional. Las dinámicas habían perdido vigencia y era el momento oportuno para revivirlo. Medirnos al desafío de rediseñar el estilo de vida de una pareja adulta representaba un reto donde, a través de diseños reales, tuvieran la oportunidad de comprobar el porqué de un cambio necesario. Fue un ejercicio de depurar los vicios que se van adquiriendo a lo largo de la vida. Nuestros clientes, poco a poco, se dieron cuenta que no necesitaban tanto y que había mejores formas de almacenar, de vivir con menos.

Es este concepto de almacenamiento inteligente el que influye, en gran medida, en la nueva versión de este apartamento de 210m2. Un ejemplo de esto es el rediseño del flujo en su recorrido desde la entrada -se eliminaron paredes y espacios cerrados-, se camufló la opción del mismo dentro de la propuesta de recubrimiento en madera de flormorado alistonada que viste gran parte de la vivienda. Este mismo recubrimiento alistonado sirvió también de punto focal y conceptual dentro de la propuesta de diseño. Esos dos planos de madera a la vista se convirtieron en el lugar de encuentro del apartamento. En él, se borran las aristas y todas las circulaciones se unen de forma sinuosa, entrelazando cocina, sala y comedor. Con una estructura de niveles pausados y dobles alturas, se tomo la licencia de unificar sutilmente la totalidad de la vivienda, utilizando herramientas de diseño arquitectónico tales como las esquinas curvadas, apliques en puertas y paredes, el piso en espina de pescado de roble europeo, la carpintería achocolatada, los tonos fríos del azul claro, verde menta y gris, y el diseño de iluminación indirecta de Delta. Pero el encargo trascendía el diseño arquitectónico. La tarea incluía la dotación completa del apartamento.

Desde la arquitectura, y como amantes de los clásicos del diseño, nos sentamos ainvestigar conversando con la familia que habitaría el apartamento cómo se puede vivir cada espacio desde su uso real; el manejo activo de una cocina funcional, lo armónico de un comedor auxiliar: dinámico y divertido, lo clásico de un comedor de doce puestos y lo tradicional de una gran sala creada para entretener y disfrutar la vida adulta, desde una visión moderna. Fue un gran reto y aprendizaje. El resultado final se interpreta como una nueva versión de un apartamento de diseño clásico bogotano, traído a la contemporaneidad con una mezcla de tecnología domótica, acabados arquitectónicos vigentes, diseño clásico europeo y muchísimo arte, artesanía y decoración colombo mexicana.

Autor(es): Laura Escobar / Jimena Londoño