El municipio El Bagre está inmerso en una llanura flanqueada en el noreste por el río Nechí y en el suroeste con la Serranía de San Lucas – sur de Bolívar, donde se forman numerosas ciénagas conectadas mediante caños, formando complejos sistemas de lagos, ciénagas, humedales a lo largo de la región. Por su cercanía con el departamento de Córdoba y el sur de Bolívar, su cultura es una mezcla de costumbres antioqueñas, costeñas y afrodescendientes. Esta zona del país posee la mayor producción de oro del país (MinMinas, 2014). Tanta es la “fiebre minera”, que ha generado una masiva migración de personas desde diferentes partes de Colombia desde hacía varias décadas, en busca de una fuente alternativa de trabajo, la mayoría encaminado a la explotación minería a cielo abierto. Esta gran explotación minera indiscriminada ha generado un gran deterioro ambiental (MinTrabajo, 2016), sin ningún control que reduzca los impactos ambientales negativos, y sociales producto de la ilegalidad de la extracción del metal de oro que está estrictamente regulada por el gobierno nacional. Todo esto ha desencadenado múltiples problemas de orden público, económico y social, convirtiendo el territorio en uno de los lugares con más problemas de orden público en Colombia (Defensoría del Pueblo Colombia, 2016).
Todo esta problemática y años de atraso en el desarrollo de infraestructura en el territorio, principalmente por falta de gestión de administraciones locales y regionales, ha generado un deterioro del espacio urbano y un desaprovechamiento del entorno rural en el territorio, especialmente en las márgenes de los ríos y ciénagas que se han convertido en focos de desechos, explotación minera, invasiones ilegales, vertederos de desechos entre otros factores. Ante este escenario, la última administración municipal 2020-2023, precedida por jóvenes de la región, emprendieron la labor titánica, junto a diferentes actores sociales, gubernamentales y privados, de formular un Plan Maestro a diferentes escalas de planeación: corto, mediano y largo plazo, donde se abordará el déficit y el deterioro del espacio público existente y se buscará potenciar el municipio como un nodo de conexión e integración Urbano Regional territorial con una alternativa diferente a la minería ilegal.
Plan Maestro
El Plan Maestro se planteó en tres fases principalmente:
Fase I: Buscó recuperar y conectar puntos estratégicos del río Nechí con el casco urbano generando tres nuevos corredores urbanos transversales, conectando el municipio en el norte, centro y sur de la margen del río.
Fase II: Busca recuperar todo el borde del río por medio de un malecón que articule los diferentes escenarios propuestos en la fase I a través de cuatro etapas principalmente de acuerdo al modelo de gestión que incorpora los diferentes actores sociales, públicos y privados.
Fase III: Busca potenciar el río como un nodo de conexión e integración Urbano Regional, aprovechando los recursos naturales de la región donde la única fuente de acceso ha sido a través de los corredores hídricos.
Propuesta
El plan maestro tiene como pilar identificar el conjunto de factores físicos y espaciales además de sus variables que, articulados simbióticamente entre sí, permiten definir el eje estructurante de un proyecto urbano. En este caso, el Plan de Ordenamiento Territorial, el Plan Maestro del municipio, entre otros estudios, han determinado un modelo de ocupación en torno al río Nechí y sistema estructurante en el territorio donde el ámbito ambiental, espacio público y social se convierten en tres grandes pilares que apuntan a incidir en las dinámicas de crecimiento del municipio desde el ordenamiento territorial de una manera equitativa, sostenible y competitiva en la región.
Desde estos ámbitos fundamentales, la propuesta busca aprovechar el enorme potencial natural en torno a los recursos hídricos disponibles en el territorio, apostándole a la restauración y puesta en valor del paisaje ribereño, donde el agua se convierta en el motor principal que articula entre sí las funciones ambientales, culturales y sociales propias de la ciudad, y que en sintonía incrementen la calidad urbana y promocionen la conectividad ecológica que busca: contemplar, recorrer, aprender, proteger y sentir un nuevo paisaje creado en torno al río Nechí y los recursos naturales existentes.
La propuesta apunta sus objetivos principales en tres fases de desarrollo:
Fase 1: La Apertura (Corto Plazo 2024)
Articular el río con el Espacio Público a través de tres corredores trasversales: Esta fase está muy ligada a la primera intención del proyecto, y tuvo como propósito implementar los lineamientos generales del Plan Maestro con la menor inversión posible. Se garantiza una primera acción integral, a corto plazo, que fue construida, y que permite pensar a los diferentes actores públicos y privados involucrados en un objetivo logrado y en acciones futuras dentro de un marco general directriz que se pueda ir gestando y consolidando en el tiempo en las siguientes fases de desarrollo. Bajo este escenario, teniendo en cuenta que la mayor dificultad del municipio radica en el déficit y baja articulación del espacio público, la lectura del lugar muestra que presenta índices muy insuficientes a los establecidos, y que además, también se puede evidenciar una baja articulación del espacio público y deterioro del existente. Bajo este escenario, la fase I buscó plantear dentro de uno de sus principales ámbitos de intervención, lograr construir un proyecto urbano diversificado e inclusivo en tres corredores transversales urbanos: Corredor institucional, corredor de esparcimiento, corredor cultural para todo tipo de usuarios y además convertir la propuesta en un proyecto inclusivo y generador de actividades lúdicas, recreativas, culturales y de esparcimiento.
Corredor Institucional Trasversal Calle 50 – Muelle Bijao: En la cabecera sur del municipio se propuso un reacondicionamiento del entorno urbano generando un circuito peatonal comprendido entre las calles 50 y la carrera 47 (entre el río Nechí y el aeropuerto El Tomín) donde se encuentran localizados la mayoría de equipamientos institucionales como: la alcaldía, el parque principal, el mercado, el aeropuerto, el hospital, el ancianato, la iglesia Nuestra Señora del Carmen, hoteles y servicios de salud. Se buscó revitalizar el parque principal de Bijao, incorporación de arboleadas, peatonalización de calles, urbanismo táctil, mobiliario, senderos peatonales, ciclorutas, tratando de generar un circuito entre el río Nechí y los humedales existentes localizados cerca de la avenida Echeverri.
Corredor de Esparcimiento Trasversal Avenida Echeverri – Muelle Cornaliza: La propuesta integró el muelle Cornaliza, el cual es un punto de acceso por vía terrestre y fluvial. La propuesta logró generar un corredor transversal oriente – occidente entre el río y el aeropuerto El Tomín, potencializando la avenida Echeverri, generando en este corredor una red de ciclorutas, que comunicaron los diferentes parques públicos, parques infantiles, senderos ecológicos, zonas deportivas, zonas de estancias lúdicas entre otros. Conjuntamente con esta noción, se propone un reacondicionamiento del entorno urbano generando un circuito peatonal comprendido entre la calle 50, el polideportivo y el parque de la Floresta donde existen una serie de humedales y lagos que fueron aprovechados para el disfrute de la comunidad a través de generar nuevos parques públicos. Se buscó bajo el concepto de bulevar la incorporación de arboleadas en la avenida Echeverri, fundamentada en la idea de recuperar la vida urbana alrededor de una vía emblemática Av. Echeverri, que articula distintos espacios de alta afluencia con el propósito de enlazar y potenciar el comercio, equipamientos y espacios públicos a distintas escalas.
Corredor Cultural Trasversal Carrera 44 – Muelle Las Playas: La región presenta una dinámica poblacional muy marcada por diferentes representaciones simbólicas, culturales y de identidad con una estrecha relación de comunidades afrodescendientes, indígenas, y población que ha emigrado de diferentes zonas del país por la minería. Desde este punto de partida la propuesta plantea -un parque para todos- que fomente la integración social, a través de la diversificación espacial de diferentes escenarios públicos con actividades autóctonas de carácter cultural, lúdicos y recreativos como; espacios para la danza, para la música, la contemplación y la recreación. De acuerdo a este escenario, la propuesta planteó recuperar la franja del río comprendida entre el barrio Las Delicias y el sector Las Playas, generando una nueva tensión en el sector que permitió fomentar un nuevo polo de desarrollo, se construyó un parque urbano llamado Bosque de las Sombras donde se incorporaron todo tipo de actividades lúdicas y culturales; escenarios de teatro al aire libre para los niños, zonas de gimnasio al aire libre, zonas arborizadas y áreas cubiertas tipo pérgolas simulando un bosque artificial con la idea de proyectar un espacio que mejore las condiciones climáticas y produzca suficiente sombra en diferentes momentos del día con la idea de generar un espacio articulador entre el muelle Las Playas y el barrio La Vega. También se planteó en el barrio La Vega una cancha, parques infantiles y gimnasios al aire libre con el fin de reactivar el espacio público en el barrio.
Fase 2: Mediano Plazo 2028
Corredor Ecológico y Urbano Longitudinal Malecón Sobre el Río Nechí
De acuerdo con el PBOT del municipio, la diversidad de áreas
verdes y el recurso hídrico son grandes potencialidades que el territorio no ha logrado explotar adecuadamente, debido a la minería ilegal a cielo abierto y a la ocupación ilegal de las franjas de protección del río Nechí y los diferentes humedales existentes en el territorio. Ante este escenario, la fase II plantea dos grandes momentos:
Primera etapa: Una intervención a mediano plazo (2028) que consiste en la construcción de un primer tramo del malecón desde el sector del aeropuerto El Tomín hasta el muelle Cornaliza, generando una primera intervención que busca construir un parque lineal que articule los corredores propuestos en la fase I, en donde se genere una red de ciclorutas y senderos peatonales con la idea de recuperar las márgenes del río y otorgar una nueva estructura ecológica que permita nuevas dinámicas urbanas, culturales y ambientales en el municipio.
Segunda etapa: Se planteó un malecón longitudinal que comunique y articule toda la margen izquierda del río Nechí desde el aeropuerto El Tomín hasta la vereda San José, en el barrio Las Delicias en su margen norte, que además de integrar los corredores transversales propuestos en la fase I, permita la recuperación de los humedales y ciénagas existentes en el territorio con la construcción de senderos peatonales, ciclorutas, espacios públicos tipo parques lineales entre otros, en aras de evitar la ocupación ilegal del territorio, pero además permitir nuevas actividades urbanas y comerciales donde los visitantes y turistas puedan disfrutar de la zona y la vista que el río Nechí y sus humedales ofrecen a los visitantes.
Fase 3: Largo Plazo 2034
Nodo de Conexión e Integración Urbano Regional Malecón y Muelles Borde del Río Nechí
El territorio presenta grandes potencialidades en el ámbito natural y ambiental, su diversidad paisajística, con un sistema complejo de humedales y ciénagas hace que los recursos naturales sean muy valiosos en la región, ante este escenario la fase III se plantea a largo plazo (2034) el propósito de convertir el municipio El Bagre en un nodo de conexión e integración Urbano Regional a través de la explotación y recuperación de la infraestructura fluvial y terrestre.
Primera Etapa: De acuerdo al plan de intervención y recuperación de las márgenes del río Nechí, se planeó una primera fase del malecón, que consiste en la integración de varios puntos neurálgicos del municipio, en su margen suroeste, que articule el sector de la cabecera urbana y el aeropuerto El Tomín. En esta etapa se planteó una inversión que buscó a mediano plazo la recuperación del borde del río a través de la implementación de un malecón longitudinal sobre el borde del río Nechí, que además de brindar escenarios de caminata, ciclorutas, entre otros, buscó conectar los muelles existentes como Bijao, Cornaliza y Las Playas, de forma tal que los visitantes, turistas y habitantes del territorio puedan disfrutar del recorrido, y el comercio se vea potencializado al permitir más actividades comerciales en la margen izquierda del río. En esta etapa también se planteó la intervención del aeropuerto El Tomín, con la idea de poder convertirlo en un aeródromo que permita recibir más visitantes y más turistas.
Segunda Etapa: En una segunda etapa, se plantea a largo plazo (2034) la idea de aprovechar el potencial de la región en cuanto a recursos hídricos y su conectividad a través de un nuevo sistema multimodal de conexión fluvial y terrestre, que además de conectar las veredas y corregimientos, se plantea el propósito de conectar El Bagre con el Bajo Cauca antioqueño y el sur de Bolívar. En esta etapa se plantea la intervención de varios puntos neurálgicos como: la recuperación del puerto fluvial de la vereda La Victoria, corregimiento Puerto López, vereda La Balsa, y corregimiento Puerto Claver, articulando el municipio a la red fluvial existente en la región que permita conectar a El Bagre con el Bajo Cauca antioqueño y el sur de Bolívar y con ello lograr nuevas dinámicas comerciales y de turismo en el territorio.
Autor(es):
EDTB – Empresa de Desarrollo Territorial del Bagre
Faber Enrique Trespalacios
Roho + Tau I Taller de Arquitectura & Urbanismo
Arquitecto Director: Robert Hoyos Giraldo
Arquitecto Director: Álvaro Vargas Torrado
Arquitecto Coordinador: Julián Zapata
Arquitecto: María Angelica Chica
Arquitecto: Liliana Lozano
Arquitecto: Natalia García
Arquitecto: Andrés Felipe Guzmán
Arquitecto: Daniel Arenas